Alguien Dijo Un Día Que La Poesía Nace Del Sufrimiento Primero, Y, Después De La Alegría. Cierto Es, Estoy De Acuerdo Mas A Estos Sentimientos Que Expresados Pueden Ser Bien En Prosa Bien En Verso, Le Agregó Yo Un Tercero: Como Al Mar Se Une El Río También A Ellos Se Une El Hastío.
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Estoy Cansado. ¡Sí! Estoy Cansado De Esta Soledad Material Que Al Acostarme Cada Noche Dispara Sobre Mis Sienes Dura Pedrada Certera.
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Estoy Cansado Ya De No Decir Lo Que Por No Decir Me Callo: Lo Que Guardo En La Memoria, Hasta El Día En Que Lo Olvido, Sin Saber Que Lo Olvidado, No Por Olvidado Muere; Y Sigue Existiendo Como Siempre Ha Existido.
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Estoy Cansado Ya -He Aquí El Hastío- De Hacer De Mis Pensamientos A Una Almohada Testigo; De Abrir Mis Ojos A Medianoche Y Ver A Mi Lado El Vacío; De Ver Que Esa Porción De Espacio Que No Ocupé Al Acostarme Está Desierto Y Vuelvo Así A Sentir Punzante Frío. Y Aquí Se Hace Presente Otra Vez El Hastío.
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Estoy Cansado De Hablar A Cuatro Paredes Sordas Que Si No Sordas, Son Mudas O Ambas Cosas A La Vez; De Ahogar Mi Voz En Los Mares Del Silencio Y Decir, Cuando Pasa Al Viento: -Hola Amigo ¿Cómo Estás? Con La Calma Y Frialdad De Piedra Sin Sentimiento Tan Sólo Por No Gritar.
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Tengo Frío Y No Es Mentira. No Son Ideas Absurdas. Tengo Frío Y Es Verdad.
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A Veces El Pensamiento Se Acerca A La Realidad. Podemos Creer Que Vemos Aquello Que No Estamos Viendo. Podemos Creer Que Hacemos Lo Que No Estamos Haciendo, Cuando Estamos Muy Contentos, Llenos De Felicidad, Mas, Cuando A Nuestros Ojos Se Asoma Una Lágrima Traidora Con Intención De Escapar, ¿Quién, Por Muy Soñador Que Sea, Puede Soñar Unos Brazos Y Un Regazo Donde Llorar?
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Quien Ama Nunca Está Solo. Siempre Está Presente El Recuerdo Del Ser Amado, En Cada Instante, Esperando Ser Invocado, Para Hacer Frente A La Soledad Material; Pero, Al Fin, Un Día Crece La Corriente: Llueve Torrencialmente, Crecen Las Aguas, Se Desborda El Río Y He Aquí, De Repente, La Aparición Del Hastío.
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Ya No Quiero Dormir Con Las Manos, Una En La Otra, Enlazadas Como Si, Entre Ellas, Descansase Aquella Mano Adorada De La Hermosa Mariposa Que, Entre Mis Cálidas Manos, Vino Calor A Buscar; Y No La Puedo Soltar Por Protegerla Del Mundo, Y No La Puedo Apretar Para No La Lastimar Ni Perturbar, De Forma Alguna, Su Descanso Tan Profundo.